Aquí, habla el corazón de la niñez. Porque el niño es el único ente social por el que merece la renovación de un voto, de un voto que es demanda de un trato más justo, de un voto por la democracia que no se agota en las urnas porque es aspiración colectiva y norma de vida en pos de la justicia; es un voto por la libertad de conciencia, la educación democrática, la armonía y la paz de los hogares; es un voto por la esperanza, por México a través del alma de su pueblo, porque nuestras cicatrices sociales son visibles y si el niño las hereda, quiere a nombre de la Revolución y del partido donde sus padres militan, que esas cicatrices desaparezcan con la amplitud de una educación positiva, humana y creativa, para poder cumplir cuando grandes, con el mandato de la República como hombres libres, con una plenitud justa y un saberse y sentirse del lado donde la justicia vive. La jornada cívica de hoy, señores, se llama Juárez, el Indio Benemérito, porque Juárez está en el alma de todas las escuelas; si se habla de entereza y dignidad, Juárez es ejemplo; si se habla de firmeza y constancia, Juárez es guía; si se habla de libertad, Juárez es luz; si se habla de justicia, Juárez es monumento de equidad. Y Juárez heroico, firme, gigante, sigue presidiendo por los caminos de la razón y del derecho, los destinos de México. Por eso Juárez está aquí, y ante su austera figura declaramos que la niñez sigue el ejemplo de aquella vida que se levantó de la humildad hacia la inmortalidad. C. _____________________________ En su campaña electoral, también viven las aspiraciones fecundas de nuestro Presidente, porque él concibe la “democracia como una estructura política, un régimen jurídico y un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”. Ante esta razón histórica, la obra de la Revolución debe ser fuente perenne donde se pueda y vivir con dignidad y con decoro. Alguien dijo: “Pero si tuviéramos que ser pobres para preservar la libertad, lo seríamos; si tuviéramos que ser pobres para alcanzar la justicia, lo seríamos; si tuviéramos que ser pobres para defender la paz, lo seríamos. Seríamos pobres, pero nunca esclavos, ni indignos, niinhumanos”. Aquí hay niños llenos de una curiosidad penetrante que son plantas en plena transformación. Ellos elevan día a día sus débiles brazos y piden que todo sea felicidad, paz y amor. Si Vega Domínguez dijo: “Tengo la convicción que la esencia de la tarea política es servir a los demás; no servirse de los demás”. Usted nos diría con Juárez: “Como hijo del pueblo, nunca podría yo olvidar que mi único título es su voluntad, y que mi único fin debe ser su mayor bien y prosperidad”. ¡Su pedacito de Patria será más libre, más democrático y saldrá adelante!
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