En forma por demás desordenada, mis impresiones quedan escritas como un torbellino de ideas irredentas. Su valor como letra, sólo refleja la estructura y los contornos del querer y del actuar de un humilde Maestro Rural; pero como espíritu, abarca a todas las Galaxias del Cosmos Sideral, porque de esas humanidades que las habitan somos copartícipes en la lucha de los siglos, para alcanzar nuevos horizontes en la infinitud del espacio y del tiempo.
La vida, como una fuerza volcánica, sincroniza de esta manera su aletear palpitante y se edifica en su amor cenital, para elevarse más y más en su sempiterno sueño de asegurar la paz del mundo por la cultura espiritual, como la más sublime de los ideales.
El niño, -una ascensión en reposo-, vibra soñando y en ese vital instante, como en una misteriosa resurrección, transita ufano en ritmo triunfal, como una delicada melodía a mitad de la aurora, para lograr con su vocecita acariciante, dulce, apasionante, conmovedora, amorosa, el halo mágico de su querer, pronunciando las palabras MA..MÁ, PA..PÁ, para modificar actitudes y quereres con una fuerza penetrante y de una amplitud de grandeza, donde nos inutilizamos ante él como un humilde corderito, ya que éstas palabras son el comienzo de su socialización, como el fin de lo eterno, el vínculo motor de sus amores que trasmite alegrías, mitiga penas, enjuga llantos, atempera brusquedades, frena iras, endulza amarguras, y si alguna vez nos alejamos, él nos amará en esencia agrandando nuestra pequeñez.
"LOS DISCÍPULOS SON LA BIOGRAFÍA DEL MAESTRO". Este cúmulo de inteligencias, parten desde un Centro donde todo sonríe, donde todo renace con una fecundidad prodigiosa; allí donde el maestro es su jardinero predilecto, su cultivador enamorado; donde su influencia seductora salva y libera con su palabra, en canta con sus ojos llenos de un dinamismo creciente y seduce con sus sentimientos que son elevación y grandeza.
POR EL NIÑO, estos apuntes. La materia virgen que espera. EL NIÑO, como doctrina, nuestro valle florido y fruto redimido; EL NIÑO, como esperanza, el espíritu de la Revolución, el éxito de las generaciones; EL NIÑO, como creación, sonrisa de cielos y voz del alma luminosa del maestro; EL NIÑO, como aurora y antorcha, la luminosidad del pueblo, del pueblo hecho JUÁREZ MILITANTE Y VIVO; EL NIÑO, como bandera, el México libre, la Patria redimida, la Sociedad del futuro; EL NIÑO, como anhelo, el aprender activo y naciente, la escuela de la vida; EL NIÑO, como fin, el misionero del amor y de la verdad y Mesías de la libertad.
MAESTRO(A): ¿Qué harías por el niño? ¿Qué harías por tus ingenieros, doctores, químicos, biólogos, físicos, agricultores, obreros, campesinos, artesanos, maestros, arquitectos, músicos, artistas, técnicos, etc., etc., en embrión? No olvides que "el hombre es algo que debe ser superado". Y dentro de tu nitidez espiritual, dale paso. Deja que en sus vigilias también se apelliden Juárez, Morelos, Hidalgo, Zapata, Villa, Cárdenas, Inés de la Cruz, Vasconcelos, Quiroga, Ramírez, etc., que después de todo, tu nombre quedará esculpido en su ser íntimo, como la estrella engalanada de primaveras en un concierto de NIÑOS Y PÁJAROS: ÚNICOS QUE AMAN TANTO LA LIBERTAD.
¿Qué parte, entonces, estamos viviendo en relación con el desenvolvimiento de nuestra escuela? Ese hilo de agua que recorre el mundo -su cuerpo- de nuestros niños, está formado de nuestro mar, lago o manantial de conocimientos de que somos acreedores y que ha de aumentar necesariamente su dínamo universal en un campo positivo, para formar una sola madeja sin ninguna rotura, consecuencia lógica del esfuerzo común de todos para todos.
Pero este poder creador no deja de ser letra muerta. Urge encontrar el espíritu que la idealiza, porque es la esencia primera de la demostración de la vida y porque el espíritu es el ÚNICO CREADOR; cualquier gesto, cualquier acto, cualquier impulso, adquieren en nuestras manos importancia excepcional por la sensibilidad extrema de los seres que están en nuestra responsabilidad.
Nuestros niños son la ESCUELA EN ESPÍRITU, son el calor de la sangre en sus cuerpos, porque líquido puede circular por el impulso de ese mismo calor; es el aliento que baña sus pulmones y que mueve las válvulas del corazón con tiempo medido y pausa rítmica, y ordenador de todas las cosas de la creación y la potencia toda en la unidad y comunión del infinito, porque cada uno en su individualidad es una potencia y una fuerza limitada, y en la comunión de todos, es la potencia omnipotente, pero no omnímoda, porque dependen todos y cada uno de la Ley Suprema o del Creador.
Por décadas se ha buscado este camino en diversas formas menos en la naturaleza y en lo que somos como ESPÍRITU.
Por eso la complejidad y escasa luminosidad sobre la enseñanza. Seguimos equivocando el camino y nuestras fallas parten del olvido de nuestro propio valer como maestro. SOMOS FORJADORES DE VIDAS PARA LA VIDA. Tenemos el compromiso de crear, formar, robustecer un México joven, un México nuevo.
Coloquemos al niño en el centro de la naturaleza y nuestras enseñanzas dejarán de ser estériles y obsoletas. Hagamos de su naturaleza física en estadio de bienestar, que sea exaltación de su necesidad inmanente de vivir, de recrearse, de prolongarse en el tiempo.
LA ESCUELA EN ESPÍRITU, no son las cajas mortuorias que se observan especialmente en los centros urbanos, llenos de niños impotentes, carentes de fuerza y confianza ante la vida y de la ascensión audaz hacia las cimas.
LA ESCUELA EN ESPÍRITU, es la filosofía perenne llena de vidas esplendentes en el cenit de su evolución.
LA ESCUELA EN ESPÍRITU, es una pedagogía del amor, de la armonía individual y social mediante la virtud soberana del trabajo. Piedra de toque de las relaciones entre maestro y niños.
Llevemos a nuestros niños junto al río, al lago, a la montaña, al valle, en medio del trigal, del viñedo, etc., para edificarle allí mismo su nuevo hogar y educarlo desde la base, que es trabajo, hasta la cumbre que es cultura, idealización, humanismo.
Construyamos esa escuela con nuestro propio material y herramienta para acrecentar su patrimonio cultural por lo que somos, y se identifiquen en su grandeza moral, de mérito y rectitud. No olvidemos que nuestros primeros maestros en filosofía natural son nuestros pies, manos y ojos.
Por lo demás, tenemos que admitir que nuestra meta no está limitada por el COMO Y QUE ENSEÑAR, sino PARA QUE ENSEÑAR. LA IMAGEN DE LA PATRIA SIEMPRE VA ADELANTE. TENEMOS QUE RENACER, Y SOLO SE RENACE SABIENDO POR QUE SE VIVE. TENEMOS AYER Y HOY; MERECEMOS MAÑANA, EDUQUEMOS CON CUIDADO, QUE EL TIEMPO APREMIA, Y NO PODEMOS PERDERLO EN PRISAS. México, en fin, NO PIDE AHORA A SUS HIJOS SACRIFICIOS HEROICOS: LES PIDE SIMPLEMENTE QUE HAGAN MEJOR LO QUE HACEN TODOS LOS DÍAS.
MAESTRO: CREA HORIZONTES. Usa la fuerza palpitante de tu ser, siguiendo el ritmo del tiempo. Y recuerda: TÚ NUNCA SERÁS HÉROE, PORQUE HACES HÉROES. Crea para la humanidad, para esa humanidad que se polariza hacia un fin, HACIA EL PORVENIR. Los monumentos de piedra son perecederos, pero el trabajo sincero llega a los bordes de la eternidad, y cuando se dedica a los niños, SE TORNA EN CORRIENTE QUE MANA ETERNAMENTE.
DE TRATA DE LA EDUCACIÓN HACIA LA SALUD INTEGRAL Y NO SOLO DE LA POSESIÓN DE CONOCIMIENTOS ÚTILES.
HE LLEGADO AL PRINCIPIO DEL FIN.
Ningún sabor de boca porque cada nada nuevo existe.
Mi única satisfacción es haber sido útil instrumento a mis maestros ausentes y presentes para escribir lo que escrito queda.
Por ellos, el NIÑO es y será mi ESCUDO:
MODELO LUMINOSO DE PATRIA E HISTORIA.
FEBRERO 1 DE 1981
Libro: La Escuela en Espíritu
Autor: Epifanio Estrada Cruz
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