"Las civilizaciones se han sucedido una a otra, heredando la naciente de lo que pasaba por senectud, porque cada organización es sólo para un periodo progresivo, hasta que agota todo lo que le es homogéneo, y nadie puede cambiar nada mientras hay materia que se adapta a una organización y le sirve de sangre y alma; pero ella misma va formando la civilización que ha de sucederle, lo que dará principio en el mismo segundo de tiempo en que la otra termina, y se enlazan por el anillo del progreso en interminable cadena, que cada eslabón es más bello y de más valor artístico, pero del mismo material, porque no hay más que una sustancia y una sola ley".
Ahora bien, EL NIÑO ES UN PROCESO EN MARCHA. su destino es hacerse hombre y afrontar por cuenta propia la realización de su vida. Se requiere nominar a un hombre nuevo, educado en la responsabilidad, en la solidaridad y en el uso máximo de sus capacidades; pero, qué difícil resulta lograrla cuando la alta política educativa es de unos cuantos, y estos cuantos permiten que los intereses de los maestros estén en desorden.
Los maestros son los "soldados incondicionales de la Patria, vigilantes de las contingencias a resolver". "México deposita su fe y sus óptimas esperanzas en el fervor de sus maestros". "México exige maestros apasionadamente patriotas". Y los Inspectores o Supervisores Escolares, ¿qué han hecho sobre las tareas que se les ha confiado? "son los nervios de la educación, en el doble sentido de mover y transmitir pensamientos, emociones, decisiones; colocados entre las autoridades y la base magisterial, su función es la de interpretar las orientaciones encaminadas al mejoramiento del servicio y vigilar su cumplimiento. Estriba su dignidad en ser maestro de maestros, bajo su jurisdicción, que enseñan a pensar, a entender a actuar, a tolerar, a saber y aprender; resulta por tanto, en ellos, el principio de autoridad moral e intelectual, que relega a último término los usos coercitivos y de sanciones frecuentemente injustos, en especial porque no les antecede la tarea de asistencia profesional que conjuraría deficiencias y faltas.
Apoyado en todo lo anterior, se resumen que la Supervisión es filosófica, científica, creadora, democrática y revolucionaria.
Ya sé. No me lo diga. Pues aunque no lo crea, si los hubo y tal vez los haya aún. Supervisores llenos de pasión, de entrega, de humanismo y de un carácter estructural. Supervisores dignos de imitar, sí, leyó bien, dignos de imitar. Y mientras esto escribo, tengo presente a algunos de estos verdaderos maestros o Supervisores, con quienes compartí mis penurias como mis triunfos en el magisterio. La compañía o dirección de ellos como maestros prudentes, mejores y más experimentados es siempre estimulante y confortante en mayor grado, porque corregimos nuestras fallas si las hay y no nos hacemos partícipes de su capacidad creadora para estar en condiciones de dirigir con mayor destreza y habilidad nuestras tareas diarias.
El carácter de ellos, reflejados en el pensamiento y el la acción, es de naturaleza inmortal, es la energía de la voluntad y el gran sentido del deber, del deber que es "el cemento que contiene unido el edificio moral"; sin él, todo poder, bondad, inteligencia, verdad, ventura, el mismo amor, no serán permanentes; el deber se basa en el sentido de la justicia, justicia inspirada en el amor, que es la fórmula más perfecta de la bondad. Con estos maestros de elevados principios, la voz de la conciencia se hace presente en el deber cumplido. Mientras no llegue la hora de que al maestro se le haga justicia, parece que se le oye decir: "sé pobre y continúa siéndolo, mientras en torno tuyo los demás se hacer ricos por medio del fraude y la mentira: quédate sin empleo si es preciso y sin poder, mientras los demás mendigan posiciones elevadas; soporta la pena de las esperanzas desvanecidas, mientras los demás logran la realidad de los suyos por la adulación; renuncia al apretón de manos, por cual los demás se encorvan y se arrastran. Enciérrate en tu propia virtud, y busca un amigo. Si tus cabellos se han vuelto grises viviendo por tu propia causa con el honor incólume, bendice al Creador y muere tranquilo". ¿Y los demás? Tal vez buscan de la profesión toda claridad sin sombra, toda felicidad sin tristeza, todo placer sin dolor, pero desligados de ese patrimonio común que tiene el energético infantil, sin el cual la mejor enseñanza, con los mejores métodos y hasta el mejor sistema, permanecerán inertes.
INTELIGENCIA Y CORAZÓN, es la voz del instinto, camino de luz en fruición filosofal. Habrá que usarlos en bien del niño. Cada día aumenta el supremo esfuerzo de liberación, queriendo liquidar el analfabetismo sin encontrar aún la fórmula adecuada para no tener analfabetas. Seguimos caminando a ciegas. "Cuando se dice que Juárez, el indio sublime, se liberó por medio del alfabeto, es que supo vivir del instante en que la FENICIA da al orbe el alfabeto; del momento en que el silencio creador de la grafía recoge la palabra hablada, la graba y la vuelve comunicación histórica. victoriosamente para la cultura, triunfalmente para la libertad", es verdad, pero su ejemplo ha perdurado por más de un siglo encerrado en el cofre del "olvido" con siete llaves.
"Las máquinas actuales son un poco como esos espléndidos atavíos de reina, tan perfectos, tan deslumbradores, que se concibe difícilmente que hayan resultado de la aplicación tenaz e inteligente de unas manos humanas. A pesar de nosotros mismos, nos fascina esta perfección y no somos impotentes para imaginar el proceso del trabajo humano que lo realizó. Y sólo llegamos a evocar, por un anormal esfuerzo intelectual, las largas velas de las obreras mal pagadas que, a las altas horas de la anoche, ha conocido hilo por hilo las piezas de la obra maestra; las privaciones, los sufrimientos y las lágrimas que son como el humus sobre el cual se ha abierto esta flor. ¿Cómo pedir, pues, a los niños que hagan el mismo esfuerzo de abstracción y vean, detrás del objeto terminado que admiran, el largo esfuerzo de los hombres que lo lograron?
Pero si nosotros mismos hemos concebido alguna pieza de ese bello atavío, como creo que sí; si hemos sido actores del drama permanente de su nacimiento y su realización, entonces, ese traje resulta como un hijo al que se le conoce íntimamente, porque se ha sufrido y vivido en él, porque se ha realizado espontáneamente, en comunión total, sus deseos, sus alegrías y sus sufrimientos".
En estas condiciones y sólo en estas, el uso de esta máquina perfeccionada cesa de ser una misteriosa magia, la máquina se convierte en un fruto normal del trabajo humano; es entonces, por sí misma, UNA OFRENDA, UNA POESÍA Y UNA ENSEÑANZA.
Libro: La Escuela en Espíritu
Autor: Epifanio Estrada Cruz
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